"Si la historia la escriben los que ganan, quiere decir que hay otra historia, la verdadera historia."

lunes, 20 de junio de 2016

A confesión de parte: El deán Funes


Yo no puedo ocupar á V.E. que me humilla tanto sometimiento al Gabinete británico. Él nos ha favorecido con el reconocimiento de nuestra independencia; pero no ha buscado en esto más nuestro beneficio que el suyo propio.

Carta del deán Funes al "libertador" Simón Bolívar, Buenos Aires 26 de agosto de 1825.



[Sobre el deán cordobés canónigo Gregorio Funes ya hemos hablado aquí.]


 

3 comentarios:

  1. Parece que el jacobino Deán estaba un tanto falto de memoria, porque Gran Bretaña no los favoreció solo con el reconocimiento de la independencia. Eso fue algo menor.

    Es que este cura apóstata admirador del impío Jean Jaccques Rousseau, manchado con la sangre de Liniers y sus camaradas, siempre se olvió de lo que no le convenía.

    Lo importante es que Gran Bretaña fue el gran impulsor de los independentistas con sus logias masónicas, a las que Bolívar pertenecía, con el aprovisionamiento de armas y de soldados.

    A San Martín le proporcionó una marina (Barcos, oficiales y marineros). Además de mercenarios terrestres que eran el entorno del venerable Maestro de la Logia Lautaro, como Paroissien, O'Brien, Miller, entre otros.

    A Bolívar le proporcionó 5.000 hombres perfectamente equipados, entre oficiales y tropa. Puede decirse que el núcleo de los "libertadores" bolivarianos era británico.

    Además la colonia inglesa de Jamaica fue el refugio de Bolívar y sus esbirros.

    Hay una batalla que cada día es mas sospechosa y es la que terminó con la Guerra Civil de la América Española: Ayacucho.

    Allí los masones De la Serna y Canterac en un raro episodio que sería extenso relatar se riendieron a los masones Bolívar y Sucre. Otra ayudita de Gran Bretaña.

    Por algo el Gral. Olañeta, alzado contra el golpe de De la Serna que depuso al Virrey Pezuela, se autodenominaba "Ultimo Defensor del Altar y el Trono".
    La defensa del Altar contra la intriga masónica.

    La intriga masónica asesinó luego a este leal general, quién fue el último Virrey del Río de la Plata. Cuando llegó su designación firmada por Fernando VII lamentablente Olañeta había caido bajo el puñal.

    Nuestros profesores de historia ignoran supinamente quien fue nuestro último Virrey, es parte de la desinformación histórica desarrollada por las logias.

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  2. Entre los olvidos del impío Deán, sobre la ayuda de Gran Bretaña, podemos consignar el siguiente:

    Sabemos hoy en día la negativa de las naciones hegemónicas en transferir tecnología sensible en materia bélica.

    En el pasado fue igual, como sería que la masonería inglesa apoyaba a los "libertadores" que les ofreció una de sus armas secretas, los cohetes "a la Congreve".

    Así el Venerable Maestro de la Logia Lautaro, José de San Martín contrató en Londres al ingeniero Goldsack quien se dedicaría a la fabricación de dichos cohetes y a Mr. Hind, quien operaría la cohetera.

    Los cohetes hicieron su estreno en el ataque al Puerto de El Callao, donde se capturó la fragata "La Esmeralda" y también se pensaba capturar otras embarcaciones, pero según nos cuenta en sus "Memorias" el jefe de la Armada "patriota", Lord Thomas Alexander Cochrane, conde de Dundonald, los marinos ingleses accedieron a la bodega de "La Esmeralda" y en una actitud propia de esos piratas mercenarios se tomaron todo el aguardiente almacenado quedando en estado de total embriaguez, debiendo por la tanto suspender el ataque (Pag. 106 de las "Memorias").

    Nunca mas hubo cohetes a la Congreve en Sudamérica hasta el año 1852, en que fueron utilizados por el aliado de Gran Bretaña, el imperio Luso Portugués del masón Pedro II aliado con el masón Justo José de Urquiza y fueron utilizados en la batalla de Caseros desbandando a la caballería de la Confederación, no acostumbrados sus caballos a tales proyectiles.

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  3. Entre los olvidos del impío Deán, sobre la ayuda de Gran Bretaña, podemos consignar el siguiente:

    Sabemos hoy en día la negativa de las naciones hegemónicas en transferir tecnología sensible en materia bélica.

    En el pasado fue igual, como sería que la masonería inglesa apoyaba a los "libertadores" que les ofreció una de sus armas secretas, los cohetes "a la Congreve".

    Así el Venerable Maestro de la Logia Lautaro, José de San Martín contrató en Londres al ingeniero Goldsack quien se dedicaría a la fabricación de dichos cohetes y a Mr. Hind, quien operaría la cohetera.

    Los cohetes hicieron su estreno en el ataque al Puerto de El Callao, donde se capturó la fragata "La Esmeralda" y también se pensaba capturar otras embarcaciones, pero según nos cuenta en sus "Memorias" el jefe de la Armada "patriota", Lord Thomas Alexander Cochrane, conde de Dundonald, los marinos ingleses accedieron a la bodega de "La Esmeralda" y en una actitud propia de esos piratas mercenarios se tomaron todo el aguardiente almacenado quedando en estado de total embriaguez, debiendo por la tanto suspender el ataque (Pag. 106 de las "Memorias").

    Nunca mas hubo cohetes a la Congreve en Sudamérica hasta el año 1852, en que fueron utilizados por el aliado de Gran Bretaña, el imperio Luso Portugués del masón Pedro II aliado con el masón Justo José de Urquiza y fueron utilizados en la batalla de Caseros desbandando a la caballería de la Confederación, no acostumbrados sus caballos a tales proyectiles.

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